
La Congregación de Nuestra Madre de los Desamparados y San José de la Montaña tiene una historia profundamente arraigada en la caridad y el servicio a los más necesitados. Fue fundada por la Madre Petra de San José Pérez Florido en 1880, una mujer visionaria y comprometida con la causa de los desamparados. Inspirada por su fe y su amor por los más vulnerables, la Madre Petra dedicó su vida a crear una comunidad religiosa que pudiera atender las necesidades tanto materiales como espirituales de aquellos que más lo necesitaban. La congregación se estableció oficialmente en Vélez-Málaga y, desde entonces, ha expandido su misión a diferentes partes del mundo, siempre guiada por los principios de misericordia, amor y servicio.
El carisma de la congregación se centra en ser una expresión del amor maternal de Dios, ofreciendo apoyo integral a personas en situaciones de vulnerabilidad. A lo largo de los años, las religiosas han trabajado incansablemente en diversas áreas, incluyendo la educación, la atención a ancianos, la ayuda a personas sin hogar y, especialmente, el cuidado de niños y adolescentes en situación de desamparo. Su labor ha sido reconocida y valorada por su impacto positivo en las comunidades donde están presentes.
En cuanto al Hogar San José de la Montaña en Valencia, este representa una de las iniciativas más significativas de la congregación en su misión de brindar apoyo a los más jóvenes. Este hogar fue creado con el propósito de ofrecer un entorno seguro y acogedor para niños y adolescentes que, por diversas circunstancias, no pueden vivir con sus familias. La historia del hogar está marcada por su compromiso con la protección y el desarrollo integral de los menores, proporcionando no solo un lugar donde vivir, sino también acceso a educación, atención psicológica y emocional, y actividades que fomenten su crecimiento personal.
Nuestro Hogar ha evolucionado a lo largo de los años para adaptarse a las necesidades cambiantes de los menores y a las normativas legales en materia de protección infantil. Desde su fundación, ha sido un refugio para muchos niños y adolescentes que han encontrado en él una segunda oportunidad para construir un futuro mejor. Las religiosas y el personal del hogar trabajan en estrecha colaboración con las autoridades locales y otras organizaciones para garantizar que los menores reciban el apoyo necesario para superar las adversidades y reintegrarse en la sociedad de manera positiva.
Además, el Hogar San José de la Montaña se distingue por su enfoque en la educación integral, que incluye no solo el desarrollo académico sino también el fortalecimiento de valores como la empatía, la responsabilidad y la resiliencia. A través de programas personalizados, los menores reciben el apoyo necesario para superar traumas y desafíos, preparándolos para una vida autónoma y plena.